La llegada del verano y las altas temperaturas pueden suponer un riesgo serio para los perros. Un golpe de calor se produce cuando la temperatura corporal supera los 41 ºC y puede causar jadeo excesivo, babeo, desorientación o incluso colapso. Para evitar el sobrecalentamiento, muchos tutores consideran utilizar la piscina como método para refrescar a sus mascotas. Las piscinas son una opción segura y práctica si se elige el tipo adecuado y se siguen unas pautas básicas. Este artículo explica cómo hacerlo correctamente: desde elegir la piscina, preparar a tu perro, hasta supervisar las sesiones de baño de forma responsable.
¿Todos los perros pueden bañarse en piscinas?
No todos los perros son nadadores naturales. Es un mito pensar que todos saben mantenerse a flote. Algunas razas amantes del agua, como los retrievers o los terranovas, tienen pies palmeados y pelajes impermeables que facilitan la natación, mientras que los perros braquicéfalos (pugs, boxers) se cansan con facilidad y les cuesta mantener el hocico fuera del agua. Las razas de patas cortas, como los dachshunds o corgis, pueden tener dificultades para impulsarse, y los perros de pecho ancho y cuartos traseros pequeños, como los bulldogs, suelen hundirse. La edad, el peso y condiciones como enfermedades cardíacas o artritis también influyen en la aptitud acuática. Con entrenamiento y equipo de seguridad, la mayoría de los perros puede aprender a disfrutar del agua, pero siempre conviene consultar con el veterinario antes de iniciar cualquier actividad acuática. Nunca des por sentado que tu perro sabe nadar; comienza despacio y respeta su nivel de comodidad.
Tipos de piscinas adecuadas para perros
El tipo de piscina influye en la seguridad y el disfrute:
- Piscinas inflables: Son económicas y fáciles de montar, pero las uñas y dientes pueden pinchar el material. Son adecuadas para cachorros o perros pequeños bajo supervisión constante. Su poca profundidad permite que el animal haga pie y se familiarice con el agua.
- Piscinas rígidas o de plástico: Fabricadas con materiales resistentes, soportan mejor los arañazos y ofrecen mayor estabilidad. Son ideales para razas medianas y grandes porque aguantan más peso y no se deforman con el movimiento.
- Piscinas desmontables de lona: Disponen de una estructura metálica y paredes de lona resistente. Tienen mayor capacidad y pueden usarse por perros grandes. Asegúrate de que incluyan rampas o escalones para facilitar la salida.
- Piscina familiar: Si optas por la piscina del hogar, adapta el acceso con escaleras o rampas para que el perro entre y salga sin dificultad. Considera instalar vallas o cobertores para impedir que se meta sin supervisión y ajusta los niveles de cloro para no irritar su piel y ojos.
Elige siempre una piscina proporcional al tamaño de tu perro y colócala en una zona sombreada para que el agua no se caliente demasiado.
Preparación antes del baño
Una buena preparación reduce riesgos y garantiza una experiencia agradable. Antes de cada sesión:
- Revisión física: Examina al perro para descartar heridas, infecciones cutáneas u otitis. Trata previamente parásitos como pulgas o garrapatas.
- Cepillado previo: Cepilla el pelaje para eliminar pelo muerto y suciedad. Esto disminuye la cantidad de pelo que queda flotando en el agua y evita enredos.
- Temperatura del agua: Utiliza agua fresca, nunca helada. Un contraste brusco puede causar shock térmico. La temperatura debe ser agradable al tacto.
- Material de apoyo: Ten a mano toallas absorbentes, un chaleco salvavidas adecuado al tamaño del perro y juguetes flotantes para motivarlo. Los chalecos ayudan a mantenerlo a flote y aumentan su visibilidad.
- Hidratación y sombra: Asegúrate de que siempre tenga acceso a agua potable y a un lugar con sombra. Evita que beba agua de la piscina porque el cloro puede irritarle el estómago.
- Supervisión constante: Designa a una persona para vigilar al perro durante todo el baño. Incluso con chaleco salvavidas, puede cansarse o sufrir calambres.
Paso a paso para un baño seguro
- Introducción gradual. Nunca lances al perro al agua. Acércalo lentamente a la piscina y moja suavemente su cuerpo y hocico. Permítele explorar por su cuenta para que se acostumbre a la sensación del agua. Puedes sostenerlo por el vientre para ayudarle a mover las patas y flotar.
- Juguetes y premios. Utiliza sus juguetes favoritos o golosinas para animarlo a entrar en el agua y asociar la piscina con algo positivo. Respeta siempre su ritmo y no lo fuerces si se muestra inseguro o con miedo.
- Enseña cómo entrar y salir. Enséñale las zonas de acceso. Si la piscina no tiene una zona poco profunda, instala una rampa o utiliza las escaleras. Saber cómo salir es esencial para que el perro no se asuste ni se agote buscando la salida.
- Sesiones cortas. Al principio, limita las sesiones a unos pocos minutos y amplía gradualmente el tiempo. Observa signos de fatiga (jadeos intensos, orejas caídas, movimientos lentos) y saca al perro del agua si aparecen. Evita las horas de más calor para reducir el riesgo de insolación.
- Equipo de seguridad. Usa chaleco salvavidas en perros novatos o en razas con dificultades para nadar. Este equipo mantiene el cuerpo alineado, reduce el esfuerzo físico y facilita la flotación. Incluso los nadadores experimentados pueden beneficiarse, ya que el cansancio puede aparecer de repente.
- Respeta sus límites. Algunos perros nunca se sentirán cómodos en el agua. Si tu mascota se resiste, opta por otras formas de refrigerarla, como duchas con manguera, alfombrillas refrigerantes o baños en la sombra.
- o baños en la sombra.
Higiene y cuidados posteriores
Errores comunes a evitar
- Enjuague: Después de cada sesión en la piscina, aclara a tu perro con agua dulce para eliminar el cloro o sales y evitar irritaciones.
- Secado: Seca bien su pelaje con una toalla, prestando especial atención a las orejas y a las zonas con pliegues para prevenir infecciones.
- Revisiones: Observa su piel y almohadillas en las siguientes horas por si aparecen enrojecimientos, cortaduras o signos de irritación.
- Hidratación y descanso: Ofrece agua limpia para beber y permite que tu mascota descanse en un lugar fresco y sombreado tras el ejercicio acuático.
Para evitar incidentes, toma en cuenta estos errores frecuentes:
- Usar productos no aptos. No apliques protector solar, champús o aceites humanos. Utiliza productos específicos para perros; los humanos pueden contener ingredientes tóxicos.
- Dejar al perro sin vigilancia. Ni los vallados ni los chalecos sustituyen la supervisión. Los perros pueden agotarse, sufrir calambres o tropezar en el agua.
- Forzarlo a nadar. Obligar al perro a entrar en la piscina puede provocar miedo y trauma. Si se muestra reacio, respeta su decisión y busca otras actividades.
- Ignorar señales de calor. Jadeos excesivos, letargo, salivación intensa o desorientación son signos de sobrecalentamiento. Ante cualquier síntoma, saca al perro del agua, colócalo en la sombra y consulta al veterinario.
- Permitir que beba agua de la piscina. El agua tratada con cloro puede causar irritación gástrica. Proporciona siempre un cuenco con agua potable.
Beneficios del baño en piscina
Realizar baños controlados en la piscina aporta numerosas ventajas:
- Regulación térmica. El agua ayuda a bajar la temperatura corporal y previene el golpe de calor en días calurosos.
- Ejercicio de bajo impacto. Nadar mejora la resistencia cardiovascular y fortalece la musculatura sin dañar las articulaciones, ideal para perros con artritis o sobrepeso.
- Estimulación mental. Aprender a nadar y jugar con juguetes flotantes enriquece el entorno del perro y combate el aburrimiento.
- Refuerza el vínculo. Compartir este momento fomenta la confianza y la relación entre el perro y su tutor, aportando bienestar emocional a ambos.
Las altas temperaturas pueden ser peligrosas para tu perro, pero una piscina utilizada de manera responsable ofrece una forma agradable y saludable de combatir el calor. Elige la piscina adecuada, prepara a tu mascota y enséñale a entrar y salir con calma. Supervisa cada sesión, utiliza chalecos salvavidas cuando sea necesario y respeta los límites de tu compañero. Con un enjuague y secado apropiados después del baño, así como una atención constante a los signos de fatiga o calor, disfrutareis juntos del verano de forma segura y divertida.